jueves, 9 de julio de 2009

Reseña NINE SONGS (2004)




Parecería ser ésta una obra especialmente difícil de juzgar, pero no quiero expresar ésta situación a través de la dicotomía cliché de ‘’ la amas o la odias ‘’, porque aunque fuese así en este caso, ¿no son más bien los menos los casos de objetos en cuya valoración existe completa unanimidad?

Nine Songs es decepcionante si se pone en cotejo con ciertas normativas de la construcción del relato cinematográfico. Aunque no es tampoco una obra de ruptura en la medida en que sí contiene algunos elementos de la narración tradicional, y eso plantea un punto medio algo incómodo: existe un universo que se altera por la llegada de alguien y que se va transformando progresivamente hasta que hay un quiebre , aunque estas instancias no sean tan explicitadas como en una película de corte tradicional. A todas luces hay un énfasis, una faceta preponderante – cuyo limpio rescate por parte del film resulta ser su principal virtud -, que se convierte en una suerte de Leitmotiv.

Hay que aceptar que el que unas escenas sexuales, que no tienen intenciones pornográficas y que ocurren, legítima y naturalmente, dentro de la historia, nos resulten chocantes o hiperestimulantes, obedece a unas convenciones no definidas desde el interior del arte, sino desde afuera, desde los condicionamientos morales de la cultura. Así como otros directores quisieron construir sus películas a través del diálogo, Winterbotton lo hizo a través del dialogo de los cuerpos. Evidentemente se quiso rescatar la naturalidad del deseo, de la pasión, de todo lo que surge en el ejercicio erótico. Y por eso los personajes no son artistas sexuales, y es a través de la cámara que se intenta imprimirle una dimensión estética y emocional al asunto, en un tratamiento al que de ninguna manera se le puede considerar vulgar.

Es verdad que inclusive aceptando que se trataba de una producción experimental no todo funciona dentro de su estructura. Como la conexión de la vida íntima de la pareja con las actuaciones en directo de las agrupaciones que no es del todo convincente. Pero nuevamente, ésta crítica va en dirección de los esfuerzos por racionalizar y reglamentar el ejercicio de la escritura de guión, en donde se contemplan lógicas que encadenen y justifiquen las acciones de los personajes de la mejor forma posible. Según estas, es inadmisible que los personajes jamás hagan ninguna referencia a los conciertos a los que van, y que la música no tenga prácticamente ninguna importancia en su vida cotidiana. ¡Mas lo que sucedió con Nine Songs es que se hizo sin guión! Las escenas intercaladas en donde el hombre aparece hablando sobre la Antártica, desde donde se cuenta la historia en Flash Back, tampoco parecen funcionar del todo, aunque respecto a esto hay que considerar que cómo él es quien construye el relato en su mente, es de alguna manera coherente que decida revivir lo que le interesa revivir y de la forma que considera conveniente.

Está claro que las canciones – no hay que ser demasiado inteligentes para llegar a éste conocimiento que se puede anticipar desde que se empieza a ver la película sabiendo como se llama – funcionan, a través de sus letras, como ilustradores del momento por el que está pasando la relación. Black Rebel Motorcycle Club – Mi artista favorito en la actualidad – es la banda privilegiada; introducen a la acción con la sugerente ‘’ Whatever happened with my Rock and roll ‘’ y dan la serenata de despedida con la sentida ‘’ Love Burns ‘’ y su ‘’ Now she’s gone and love burns inside of me ‘’.


El problema cuando una peli tiene tan buen rock and roll – también están los Von bondies, Franz Ferdinand, Super Furry Animals, entre otros -, es que eso hace más difícil juzgarla como mala (ver Tenacious D). Sin embargo aparte de eso, hay valores importantes de lenguaje cinematográfico que deben ser apreciados aquí. Se ha decidido armar un tipo de relato distinto, y es completamente válido. A nadie se le obliga a verla y puede ser pertinente decirles que si se la ven no se encontrarán con una Historia, con hache mayúscula, ni al estilo Hollywood ni al estilo cine independiente.

A la final, ni la amo ni la odio. Está bien conservarla en nuestra estantería o en nuestro disco duro si podemos ver el sexo más allá del sexo, el rock más allá del Rock, e identificar al maravilloso cine mostrándonos una vez más como puede ponerse al servicio de la experiencia de humana y de su necesidad por darle forma a las cosas que le generan inquietud, a sus propios universos sensitivos.

Año: 2004
País: Reino unido
Duración: 69 min.
Director: Michael Winterbottom.
Guión: Michael Winterbottom. Inspirado por la novela de Michel Houlebecq.
Reparto: Karen O'Brien, Margo Margo Stilley.

Mi calificación: 7/10.
Calificación global en Film Affinity: 5/10

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