Cali, para quien no sepa, es una ciudad de más de dos millones de personas, ubicada a 1000 metros sobre el nivel del mar, en el suroccidente de un país llamado Colombia, que es algo famoso por las reiteradas violaciones a los derechos humanos aquí ocurridas, y por el incómodo chauvinismo que suele exhibir en forma de supuesta reivindicación ante el mundo y que lo lleva a exagerar de forma grosera las celebraciones sobre cualquier pequeño triunfo – premios grammy latino, victorias en fútbol, figuraciones de Juan Valdez en listas de mascotas publicitarias más reconocidas, etc. – y a llorar como bebito cuando alguien relaciona su nombre con alguna situación que no implica exaltación de las buenas cosas del país, alegando que se deben negar realidades evidentes y entorpecer el camino del arte y la reflexión intelectual para favorecer la imposición de mentiras como la de que somos una raza especialmente buena.
Como una de las ciudades más importantes, en Cali se puede encontrar parte de lo mejor y de lo peor del país. No obstante, como debe ser normal que suceda, hay particularidades, tanto de las reales – estadísticamente demostrables –, como de las abstractas o místicas. Su apodo es la ‘’ Sucursal del Cielo ‘’ – Originalmente no tenía que ver con los altos índices de homicidio, así que ésta distinción venía de una abstracción -. También se le conoce como la capital de la Salsa, aunque como me decía un amigo hace días, la producción de Salsa aquí se estancó hace mucho tiempo, y la mayoría de las apariciones destacadas se dan a través de los bailarines. Con todo respeto por ésos artistas legitimados, eso es como si el título de la capital del Punk se lo otorgaran a la ciudad donde se poguea más duro. Y bueno… Si la cuestión tiene que ver con el número de seguidores, Cali vendría siendo más bien la capital del Reggaetón. En todo caso, una ciudad muy rumbera en el sentido clásico.
¿Y el Rock? Pareciera que el Rock nunca cuadró mucho por acá. No hay que pensar en el TropiPop ni en el TropiRock. Tampoco en el ‘’ Rock en Español ‘’. Aunque en algunos casos es Rock de verdad, esa etiqueta hace referencia a un imaginario diferente. A uno que sí penetró con éxito en la ciudad. Si te gusta el jodido Rock te gusta en cualquier idioma, sin idioma o en un uno inventado. También conozco mucho ‘’roquero’’ al que le gustan dos o tres canciones en inglés, las que le pusieron a aprenderse en clase de inglés en el colegio. Quizá entre ellas ‘’ More than Words ‘’ o ‘’ November Rain ‘’. O las del típico CD de baladas americanas. O alguno de los exitazos Rock anglo que La Mega y 40 Principales han promovido; unos veinte en los últimos cinco años (tengo más o menos 50 álbumes de Rock lanzados el año pasado).
No voy a ser tan arrogante como para decir qué es realmente un roquero, qué debe escuchar y qué no, entre otras cosas, por el hecho de que ni siquiera me considero uno. Soy un melómano, con especialización en Rock. Creo que la buena música es sencillamente la que a uno le gusta. Sin embargo, el hecho de que una sociedad tienda a darle preferencia más a unos tipos de música que a otros, genera unas condiciones especiales para los que simpatizan por esos sonidos menos populares. En Cali, la mayoría de las personas se sienten más a gusto con las propuestas musicales que les son más cercanas cultural y/o geográficamente. Pero hay otros que no, y exigen que se hagan cosas para hacerlos felices. Sus artistas favoritos no provienen sólo de Puerto Rico, Miami o Mexico D.F; pueden ser también de Berlín, Londres, Gotemburgo, NYC o Belo Horizonte, pero también de Medallo o Pogotá – porque en Colombia pareciera que hay más músicos de Rock que fanáticos - y no es necesario que los entreviste Carolina Cruz para sentir reverencia por ellos. ¡Quizá odien a Juanes! Ja, ¡Qué deslealtad! Pero así se pueden dar las cosas ahora. Vives en la ciudad, vives en el país, pero también vives en el mundo. Que Dios Bendiga a Escalona, pero ‘’ Recuerdo que Jaime Molina, cuando estaba borracho… ‘’,me llega un millón de veces menos que ‘’ They say it’s Money what we need, as if we were only mouths to feed ‘’. Y que conste que soy estrato 3, me he montado en busetas toda la vida, y mi colegio estaba dramáticamente lejos de ser bilingüe.
Y bueno, ésta reflexión viene a propósito de la realización del Cali Underground: el concierto de la cultura Rock caleña. Un evento, que en un principio sólo pretendía subir a un gran escenario a todos esos inquietos músicos de la ciudad que llevaran a la palabra ‘’ Autogestión ‘’ como insignia. Pero la cosa se fue creciendo. Mientras nuestra hermana mayor Bogotá – que de hecho es dos años más joven -, nos mostraba que sí se podía (Muse, Iron Maiden x2, Bloc Party, Black Rebel Motorcycle Club, judas Priest, Alesana, Death by Stereo, Coheed and Cambria, Hatebreed, Slayer, The White Stripes, R.E.M, The Mars Volta, Underoath, Bjork, Nightwish, Opeth, In Flames, Motörhead, As I lay Dying, Placebo, The Offspring, Moby, Cat Power y muchos más en menos de cinco años), nos sentíamos mucho más cerca y a la vez todavía muy lejos: acá vino Misfits hace tres años y la policía me sacó justo antes de que se subieran a tocar. Medellín también dio un salto importante con bandas internaciones en un festival gratuito. Y todo se puso como ‘’ A ver, Cali, te toca a vos ‘’. Y el llamado se escuchó, se tomó atenta nota, y a principio de año se anunció que el Cali Underground 2009 además del noble proyecto de exhibición de las bandas independientes de la ciudad, sería un regalo para el público caleño con la inclusión de agrupaciones importantes nacionales e internacionales. La secretaría de cultura lo tomo así, como un reto, como una opción de crecer, y por eso dijo que iba a destinar un gran presupuesto. Y todos nos alegramos. ‘’ Por fin ésta ciudad va a crecer ‘’. ‘’ Por fin algo bueno en éste hueco ‘’. Por ser políticamente correcto debería decir que en realidad no se puede entender el hecho de que un género musical específico reciba un gran apoyo para realizar un festival enorme como un crecimiento cultural de la ciudad. Porque ¿Qué entonces las otras cosas no eran culturalmente valiosas? ¿Qué acaso entre más nos europeicemos/americanicemos mejores somos? ¿Y la salsa y el Reggaetón no son manifestaciones tan validas porque nos conectan con las cosas que vive el latino? Sí, entonces éstas apreciaciones nuestras sobre el Underground serían como medio nazis, eso de decir que por fin ésta ciudad se abrirá al Rock, suena un poco a limpieza étnica, como si estuviéramos cansados de convivir con nuestros hermanos guapachosos. Y todo esto viene de una minoría elitista. Hay que pensar en la democracia. ¡Ay! Y si los Reggeatoneros se dan cuenta. Ellos son muchísimos más y podrían querer ese presupuesto, justificados porque son la mayoría de los jóvenes de la ciudad podrían adquirir el derecho a realizar un súper mundial de Reggaetón gratuito. A lo mejor se dieron cuenta y eso fue lo que pasó, y por eso se tomó la decisión de recortar el presupuesto del Under a la mitad. Porque para qué le iban a dar tanta plata a unos pocos miles de individuos que ni siquiera se adaptan tan bien a la imagen que la ciudad vende de sí
¡Pues Bien! Sea por lo que fuere, me enojó saber ésa noticia después de que se habían comprometido. Y sí, ¡somos una especie de maldita élite! Pero no lo somos por estrato social, ni por color de piel, sino porque resultamos unidos por las ganas de compartir más o menos un universo sonoro que hace posible nuestra existencia de alguna manera. Y me inspiraron las palabras de Alejo Díaz a través de Radiónica. El coraje que mostró para defender el festival, su compromiso de sacarlo adelante. Si el resto de la ciudad no ve esto como un gran patrimonio, hagámoslo por nosotros. Lo tenemos ganado. Por el esfuerzo que muchas han personas han hecho en los últimos años, y porque no podemos quedarnos tan atrás respecto a lo que está pasando en las dos ciudades principales. Fuera de cualquier discusión intelectual, la realización del evento en los términos planteados no puede significar más que crecimiento para la ciudad. Si se logra que Cali se enamore del Rock, perfecto, sino, también. Esta generación de músicos realmente talentosos – lo digo sin ningún sentimiento de condescendencia porque sean de mi ciudad, y alguno que otro sea amigo o conocido - se merecen ésta oportunidad de figurar, así como los fanáticos – incluyendo a los de poblaciones aledañas – que han esperado por años por un concierto de gran magnitud. Yo también amo a esta ciudad a mi manera, y sentiré una gran emoción si me encuentro con que las guitarras explosivas de Austin Tv me hablan, situadas tan cerca de mí, mientras me cobija el cielo de la ciudad que me vio nacer. Eso y saber que cuando salga, mi casa quedará a 30 minutos a píe, y que todos mis buenos amigos estarán allí por si lo que queremos es ir a rematar a alguno de los sitios que solemos frecuentar para ponernos a hablar de música entre otras cosas.
Ojalá que a ésta hermosa confirmación, se sumen pronto las de Destruction, Aterciopelados, Sepultura, La Pestilencia y, Dios quiera, más. Porque queremos ver a Cali rockear. En adelante, esperen más reflexiones acerca del evento, según como se vayan dando las cosas. ¡Y a marchar el 29 de Mayo!
NOTA: Para evitar malentendidos; lo del festival gratuito de Reggeatón era una hipótesis deliberadamente fantasiosa para explicar el porqué de la reducción del presupuesto e ilustrar lo que culturalmente está en juego. Así que tranquilos, no existe ninguna información acerca de que tal evento vaya a tener lugar, aunque bueno... por éstos lados todo es posible.
Como una de las ciudades más importantes, en Cali se puede encontrar parte de lo mejor y de lo peor del país. No obstante, como debe ser normal que suceda, hay particularidades, tanto de las reales – estadísticamente demostrables –, como de las abstractas o místicas. Su apodo es la ‘’ Sucursal del Cielo ‘’ – Originalmente no tenía que ver con los altos índices de homicidio, así que ésta distinción venía de una abstracción -. También se le conoce como la capital de la Salsa, aunque como me decía un amigo hace días, la producción de Salsa aquí se estancó hace mucho tiempo, y la mayoría de las apariciones destacadas se dan a través de los bailarines. Con todo respeto por ésos artistas legitimados, eso es como si el título de la capital del Punk se lo otorgaran a la ciudad donde se poguea más duro. Y bueno… Si la cuestión tiene que ver con el número de seguidores, Cali vendría siendo más bien la capital del Reggaetón. En todo caso, una ciudad muy rumbera en el sentido clásico.
¿Y el Rock? Pareciera que el Rock nunca cuadró mucho por acá. No hay que pensar en el TropiPop ni en el TropiRock. Tampoco en el ‘’ Rock en Español ‘’. Aunque en algunos casos es Rock de verdad, esa etiqueta hace referencia a un imaginario diferente. A uno que sí penetró con éxito en la ciudad. Si te gusta el jodido Rock te gusta en cualquier idioma, sin idioma o en un uno inventado. También conozco mucho ‘’roquero’’ al que le gustan dos o tres canciones en inglés, las que le pusieron a aprenderse en clase de inglés en el colegio. Quizá entre ellas ‘’ More than Words ‘’ o ‘’ November Rain ‘’. O las del típico CD de baladas americanas. O alguno de los exitazos Rock anglo que La Mega y 40 Principales han promovido; unos veinte en los últimos cinco años (tengo más o menos 50 álbumes de Rock lanzados el año pasado).
No voy a ser tan arrogante como para decir qué es realmente un roquero, qué debe escuchar y qué no, entre otras cosas, por el hecho de que ni siquiera me considero uno. Soy un melómano, con especialización en Rock. Creo que la buena música es sencillamente la que a uno le gusta. Sin embargo, el hecho de que una sociedad tienda a darle preferencia más a unos tipos de música que a otros, genera unas condiciones especiales para los que simpatizan por esos sonidos menos populares. En Cali, la mayoría de las personas se sienten más a gusto con las propuestas musicales que les son más cercanas cultural y/o geográficamente. Pero hay otros que no, y exigen que se hagan cosas para hacerlos felices. Sus artistas favoritos no provienen sólo de Puerto Rico, Miami o Mexico D.F; pueden ser también de Berlín, Londres, Gotemburgo, NYC o Belo Horizonte, pero también de Medallo o Pogotá – porque en Colombia pareciera que hay más músicos de Rock que fanáticos - y no es necesario que los entreviste Carolina Cruz para sentir reverencia por ellos. ¡Quizá odien a Juanes! Ja, ¡Qué deslealtad! Pero así se pueden dar las cosas ahora. Vives en la ciudad, vives en el país, pero también vives en el mundo. Que Dios Bendiga a Escalona, pero ‘’ Recuerdo que Jaime Molina, cuando estaba borracho… ‘’,me llega un millón de veces menos que ‘’ They say it’s Money what we need, as if we were only mouths to feed ‘’. Y que conste que soy estrato 3, me he montado en busetas toda la vida, y mi colegio estaba dramáticamente lejos de ser bilingüe.
Y bueno, ésta reflexión viene a propósito de la realización del Cali Underground: el concierto de la cultura Rock caleña. Un evento, que en un principio sólo pretendía subir a un gran escenario a todos esos inquietos músicos de la ciudad que llevaran a la palabra ‘’ Autogestión ‘’ como insignia. Pero la cosa se fue creciendo. Mientras nuestra hermana mayor Bogotá – que de hecho es dos años más joven -, nos mostraba que sí se podía (Muse, Iron Maiden x2, Bloc Party, Black Rebel Motorcycle Club, judas Priest, Alesana, Death by Stereo, Coheed and Cambria, Hatebreed, Slayer, The White Stripes, R.E.M, The Mars Volta, Underoath, Bjork, Nightwish, Opeth, In Flames, Motörhead, As I lay Dying, Placebo, The Offspring, Moby, Cat Power y muchos más en menos de cinco años), nos sentíamos mucho más cerca y a la vez todavía muy lejos: acá vino Misfits hace tres años y la policía me sacó justo antes de que se subieran a tocar. Medellín también dio un salto importante con bandas internaciones en un festival gratuito. Y todo se puso como ‘’ A ver, Cali, te toca a vos ‘’. Y el llamado se escuchó, se tomó atenta nota, y a principio de año se anunció que el Cali Underground 2009 además del noble proyecto de exhibición de las bandas independientes de la ciudad, sería un regalo para el público caleño con la inclusión de agrupaciones importantes nacionales e internacionales. La secretaría de cultura lo tomo así, como un reto, como una opción de crecer, y por eso dijo que iba a destinar un gran presupuesto. Y todos nos alegramos. ‘’ Por fin ésta ciudad va a crecer ‘’. ‘’ Por fin algo bueno en éste hueco ‘’. Por ser políticamente correcto debería decir que en realidad no se puede entender el hecho de que un género musical específico reciba un gran apoyo para realizar un festival enorme como un crecimiento cultural de la ciudad. Porque ¿Qué entonces las otras cosas no eran culturalmente valiosas? ¿Qué acaso entre más nos europeicemos/americanicemos mejores somos? ¿Y la salsa y el Reggaetón no son manifestaciones tan validas porque nos conectan con las cosas que vive el latino? Sí, entonces éstas apreciaciones nuestras sobre el Underground serían como medio nazis, eso de decir que por fin ésta ciudad se abrirá al Rock, suena un poco a limpieza étnica, como si estuviéramos cansados de convivir con nuestros hermanos guapachosos. Y todo esto viene de una minoría elitista. Hay que pensar en la democracia. ¡Ay! Y si los Reggeatoneros se dan cuenta. Ellos son muchísimos más y podrían querer ese presupuesto, justificados porque son la mayoría de los jóvenes de la ciudad podrían adquirir el derecho a realizar un súper mundial de Reggaetón gratuito. A lo mejor se dieron cuenta y eso fue lo que pasó, y por eso se tomó la decisión de recortar el presupuesto del Under a la mitad. Porque para qué le iban a dar tanta plata a unos pocos miles de individuos que ni siquiera se adaptan tan bien a la imagen que la ciudad vende de sí
¡Pues Bien! Sea por lo que fuere, me enojó saber ésa noticia después de que se habían comprometido. Y sí, ¡somos una especie de maldita élite! Pero no lo somos por estrato social, ni por color de piel, sino porque resultamos unidos por las ganas de compartir más o menos un universo sonoro que hace posible nuestra existencia de alguna manera. Y me inspiraron las palabras de Alejo Díaz a través de Radiónica. El coraje que mostró para defender el festival, su compromiso de sacarlo adelante. Si el resto de la ciudad no ve esto como un gran patrimonio, hagámoslo por nosotros. Lo tenemos ganado. Por el esfuerzo que muchas han personas han hecho en los últimos años, y porque no podemos quedarnos tan atrás respecto a lo que está pasando en las dos ciudades principales. Fuera de cualquier discusión intelectual, la realización del evento en los términos planteados no puede significar más que crecimiento para la ciudad. Si se logra que Cali se enamore del Rock, perfecto, sino, también. Esta generación de músicos realmente talentosos – lo digo sin ningún sentimiento de condescendencia porque sean de mi ciudad, y alguno que otro sea amigo o conocido - se merecen ésta oportunidad de figurar, así como los fanáticos – incluyendo a los de poblaciones aledañas – que han esperado por años por un concierto de gran magnitud. Yo también amo a esta ciudad a mi manera, y sentiré una gran emoción si me encuentro con que las guitarras explosivas de Austin Tv me hablan, situadas tan cerca de mí, mientras me cobija el cielo de la ciudad que me vio nacer. Eso y saber que cuando salga, mi casa quedará a 30 minutos a píe, y que todos mis buenos amigos estarán allí por si lo que queremos es ir a rematar a alguno de los sitios que solemos frecuentar para ponernos a hablar de música entre otras cosas.
Ojalá que a ésta hermosa confirmación, se sumen pronto las de Destruction, Aterciopelados, Sepultura, La Pestilencia y, Dios quiera, más. Porque queremos ver a Cali rockear. En adelante, esperen más reflexiones acerca del evento, según como se vayan dando las cosas. ¡Y a marchar el 29 de Mayo!
NOTA: Para evitar malentendidos; lo del festival gratuito de Reggeatón era una hipótesis deliberadamente fantasiosa para explicar el porqué de la reducción del presupuesto e ilustrar lo que culturalmente está en juego. Así que tranquilos, no existe ninguna información acerca de que tal evento vaya a tener lugar, aunque bueno... por éstos lados todo es posible.
