Cali Underground cancelado (La vergüenza de Cali)

Este bochornoso desenlace al novelón que durante toda la primera mitad del año tuvo lugar en Cali, protagonizado por su festival de rock más importante – y quizá único verdadero –, se veía venir. Durante todo éste tiempo el Cali Underground pasó de ser planteado como un evento de la categoría de Rock al Parque a recibir duros golpes financieros en su infraestructura que lo llevaron a entrar en un constante proceso de revisión y rediseño, lo cual lo llevó en un primer momento a ser cambiado de fecha, y finalmente a ser cancelado. No hay un adjetivo que describa qué se puede sentir con la muerte del proyecto, o mejor de la edición del festival de éste año, porque se entiende que el proyecto sigue. El proceso estuvo lleno de momentos, la confirmación de una banda como Austin TV en lo que hubiese sido una presentación absolutamente atípica y excitante para este municipio, los mensajes y las manifestaciones de indignación ante el recorte presupuestal, las seguidas y cruciales reuniones, cómo olvidar que el arduo proceso de inscripciones y audiciones, como todos los años, se realizó bajo los términos estipulados.

El Cali Underground siempre pareció un enfermo terminal, su cáncer: la falta de sostenibilidad económica, al igual que la falta se sensibilidad por parte de la administración local. Prácticamente desde que inició, cada año se especulaba con su muerte. «Muchachos, este será el último», se decía desde hace rato, e, irónicamente, el año en que parecía que la cosa iba sobrada, que se iba a dar el salto, la evolución – Increíble que se haya tenido en consideración a una banda como ‘’ Yo la Tengo ‘’ – ése año sí se acabó.

¿Qué podemos decir ya? No voy a discutir el concepto de democracia, esto no es teoría política. Pero democracia no sería, para efectos prácticos, algo más que la posibilidad de que tus demandas y tus deseos sean escuchados y realizados en virtud de qué tanta gente piense igual que tú. Evidentemente en un totalitarismo no estaríamos mejor, a menos que el dictador fuera un melómano patológico, con especial fascinación por la evolución de la música Rock, para lo cual tendrían que subirme por ejemplo a mí al poder. De resto, qué más se va a hacer. Aceptémoslo el Rock no es en, Calí, en términos de población representativa, equivalente a juventud. Por ejemplo, si 30 o 40 gatos escuchan y son fanáticos en Cali del Neo-Folk, el Neo-Classical o el Dark-Ambient, tienen, por supuesto, el derecho a escuchar esa música, compartir su gusto con otros – como no quiero entrar en tecnicismos legales demos este punto por hecho -, pero por los pocos que son no tienen prácticamente ningún derecho de ser incluidos y representados a través de las instancias culturales públicas. No pueden exigir su presencia en la feria de Cali, ni en el gran concierto nacional, ni mucho menos tener su propio festival en los cristales, porque para la ciudad no son visibles como cultura.

Yo sé, ese ejemplo es drástico, y, aunque mis cifras sean completamente especulativas, esa situación ocurre. Al menos a mí me gustan esos estilos, y me encantaría algún día ver a Dargaard o a Narsilion en vivo. En el caso del Cali Underground existe en cambio un público grande en términos, por decirlo así, visuales, es decir, si uno piensa en los cristales lleno, uno dice ‘’ Gran público. Bastante gente escucha Rock o Metal o Punk o Ska o todos ‘’, pero no así en términos comparativos, y es ahí donde está el problema. A Cali no le gusta el Rock, y menos le gusta el Rock y la música de Vanguardia, el Rock y la música experimental, o el Rock que va en contra de las normas, por ejemplo. Cali ni siquiera entiende el Rock. Según dice el comunicado oficial del Cali Underground, al alcalde no le gusta el evento ‘’ Porque va en contra del establecimiento ‘’. Lo cual es parcialmente cierto. Pero el que conoce el Rock sabe que su virtud no es ser ni de izquierda, ni de derecha ni de centro, sino ser capaz de manifestar una dimensión creativa en la que puede hablar de cualquier cosa y de cualquier manera. Es libertad artística lo que lo define mejor. Por ejemplo, este es un blog en el que se escucha Rock, Indie, Metal, Punk, Electrónica, Folk, algo de Pop y afines, pero no es anti-establecimiento sólo por serlo. Quiere ayudarle a la gente a reflexionar. A que tome en cuenta más cosas.

Sumando a todas las personas interesadas en las distintas tendencias que un proyecto como Cali Underground engloba, no se consigue una cantidad de población ni cercanamente numerosa a la de que quienes disfrutan con los conciertos de Salsa, Reggaetón, Vallenato, o la llamada ‘’ música popular ‘’. Por eso el Cali Underground no puede ni siquiera justificarse como el evento de la juventud caleña, porque, para qué mentir, la gran mayoría de los jóvenes escuchan otra cosa. Puedo quedarme hablando mierda de este pueblo y su cultura. De hecho puedo hacerlo. Pero como se supone que no soy mejor que nadie, mejor dejar las cosas así. Dejaré un poco al lado mis inclinaciones personales, según las cuales una localidad de más de dos millones de habitantes, con un grado de ‘’ americanización ‘’, o mejor '' internacionalización ''decente, debería ser capaz de tener conciertos de Mogwai, Opeth, Arcade Fire, Bad Religion o por lo menos Café Tacuba o Jaguares. Pero es que Cali Underground es un proyecto serio. Hay corazón y talento involucrados. Un esfuerzo que durante cinco años dio importantes frutos. Un proyecto que mira hacia el futuro, que intenta reunir a lenguajes sonoros que continúan en construcción y que generan nuevos diálogos sobre el mundo que mucha gente debería tomar en cuenta.

No como esos otros géneros que hace años se estancaron, pero quedaron en el imaginario de una población retrógrada como la tradición musical de la ciudad. Y por el otro lado, el Reggaetón. Poco qué hacer, Cali Underground se trata(ba) de crecer, no sólo de complacer a una fracción minoritaria que escucha algo distinto, y lo que se propone desde espacios como éste blog, es eso mismo, ¡Crecer! Señor alcalde y secretario de cultura, revisen en internet cuáles son los artistas que marcan la parada en el mundo, en ventas y escuchas, pero más que eso en aclamación de la crítica, y verán que están muy lejos de ser los artistas de Reggeaetón y Salsa de alcoba tan populares por estos lados. Pero el municipio se niega a crecer. ¿Y saben qué es curioso? que aunque estos géneros sean tan populares, les aseguro que hay más bandas de rock serias en la ciudad que cantantes de Reggaetón.

Al evento lo dejaron morir, pese a todo el trabajo, todo el tejido que se había logrado hacer, los vínculos con otros festivales, con Radiónica – la mejor emisora del país – el interés por personas de otra parte del país en viajar a Cali por esos días. Se jugó con las ilusiones de muchísima gente, no millones de personas como quizá a los de arriba es que les gusta, pero es gente valiosa, que interviene en la tan mentada ‘’ construcción de país ‘’. Se hizo quedar mal a la ciudad. Porque quizá su ceguera no les permita saber que en otras partes estaban pendientes de nosotros, del movimiento de nuestra Industria Cultural, que así se llama por si no lo saben. Qué vergüenza esta administración que se echa para atrás de manera tan grosera. Esto marca un precedente importante.

Afortunadamente hay gente que está trabajando por esto, por la música y por todas las formas de arte, y lo hace por amor, no sólo por dinero o por votos. Pertinente se compromete a seguir apoyando al muerto Cali Underground y a sus proyectos venideros, porque sí existe la intención vale la pena hacerlo, y no importa nada más.

Si Alejo o alguien de Deeplunar lee ésto, GRACIAS. Se sabe que hicieron lo que estaba en sus manos. Nos hicieron ilusionar, pero nuestra rabia no es con ustedes. Gracias por tratar, mejor suerte la próxima, y todo mi apoyo desde acá.

PD: Hice esta entrada con la premura propia de la rabia y la decepción, así que ante la posibilidad de cualquier vació o incoherencia, chequéen el comunicado oficial: