
Al son de hoy se puede decir que el mayor defecto de la televisión colombiana no son sus contenidos. Aún cuando podamos considerarlos mediocres, ridículos e intrascendentes, no son estos más preocupantes que la grosera forma como RCN y Caracol han decidido tratarlos. Como si no fuera suficiente el hecho de saber que éstas producciones carecen de toda pretensión artística, que se dividen en cientos de capítulos – hechos a la ligera, por supuesto – que se emitirán a diario por una buena temporada para después morir y ser olvidados rápidamente para dar rápido paso al posicionamiento de una nueva superproducción… como si no fuera suficiente el hecho de que muchas de éstas vanguardistas aventuras audiovisuales de RCN y Caracol tengan que ser retiradas, sin mayor explicación al público, una o dos semanas después de sus rimbombantes lanzamientos, porque al parecer no marcaron los puntos necesarios en el medidor de rating… como si tampoco fuera suficiente que en las producciones colombianas a la lógica de la narración, la consecuencia en el desencadenamiento de los eventos, se le eche por la borda ante la necesidad comercial de acortar o alargar la historia, ahora resulta que éstas ‘’ serias ‘’ empresas de medios se los devora tanto el afán por mostrar y mostrar, que ni siquiera son capaces de dejar que el capítulo de la telenovela llegué a su fin, para enlazarle el comienzo de la que sigue. Sin créditos finales, sin ni siquiera un fundido a negro ¡Por Dios! ¿Estos profesionales del audiovisual dónde diablos hicieron su carrera, porque merece que le quiten la licencia de funcionamiento? El más elemental sentido de la pulcritud, el más mínimo sentimiento de respeto por alguien a quien cuya atención se busca atraer, dicta que eso no se puede hacer.
Quisiera saber en qué otro lugar del mundo los canales de televisión hacen esto. Aún no lo veo en Fox, ni en Sony, ni en Vh1. ¿Será que este es un nuevo modelo de estructuración del formato televisivo? Algo así como: ‘’ Amontonemos todo, los televidentes son igual de burdos a nosotros, no tienen la noción de Limpieza en la presentación del material, y podemos valernos de eso para ahorrarnos tiempo ‘’. Infortunadamente esto no aplica a todo, y a la hora de pasar publicidad sí se toman todo el tiempo del mundo. Y el fiel televidente se desespera y hasta maldice. Pero no puede abandonar el show, ya lo engancharon, y se burlan, abusan de él. Quieren que se mame bloques de propagandas de 8 minutos, y él espera por la promesa de que al regreso habrá más programa, pero ¡Oh! sólo se trata de un corto segmento de avances de algunas incidencias en la narración, que él, como televidente fiel, tendrá que ver de nuevo a través de toda la semana siguiente.
Esta atroz forma de concebir el discurso televisivo la extienden a productos audiovisuales que no les son propios, y, en el caso particular de Los Simpsons a través de Caracol, cometen un verdadero sacrilegio al pasar capítulos incompletos y producir el efecto ya mencionado en el televidente de no notar en qué momento termina uno y da inicio el otro; cortan partes, algunas simplemente por ahorrar tiempo para poder compactar tres episodios en una hora sin tocar el sagrado espacio para los comerciales, y otras por censura a escenas ‘’ fuertes ‘’.
Jamás recomendaría a alguien, ni aunque me amenazaran, que viera películas en RCN y en Caracol. Empezando por el hecho de que siempre son dobladas y ese es ya un error. Pero más que un problema esa es una preferencia personal, así que no se fijen. Lo verdaderamente lamentable son los cortes en las escenas, el que fragmenten la película en una parte antes del noticiero y otra después, los insistentes cambios a comerciales y que en sus cabecitas embrutecidas por el dinero – la verdad es que su idiotez es previa a su ambición – no les quepa que los créditos de la película pueden tener algún valor cognitivo o emocional para alguien. Y aunque no, por lo menos servirían para darle un poco más de elegancia a esa señal que se jactan de hacer llegar a muchos lugares del mundo.
Más allá de la pobreza que suelen exhibir las películas seleccionadas para el fin de semana, es ésta desdramatización a través de su emisión lo que las aleja del arte. Pero la cosa va aún más lejos. No conformes con todo lo anterior, han encontrado nuevas formas de ensuciar más la transmisión. ¿anuncios invasivos que hacen referencia a otros programas? Eso es cosa vieja. Hasta Discovery Channel lo hace, de manera bastante aceptable. Pero la incómoda presencia de Banners a todo color promocionando juegos y concursos para la plataforma celular, disputándose el protagonismo en pantalla con los actores de la película, es ya triste entre lo triste…
Quisiera saber en qué otro lugar del mundo los canales de televisión hacen esto. Aún no lo veo en Fox, ni en Sony, ni en Vh1. ¿Será que este es un nuevo modelo de estructuración del formato televisivo? Algo así como: ‘’ Amontonemos todo, los televidentes son igual de burdos a nosotros, no tienen la noción de Limpieza en la presentación del material, y podemos valernos de eso para ahorrarnos tiempo ‘’. Infortunadamente esto no aplica a todo, y a la hora de pasar publicidad sí se toman todo el tiempo del mundo. Y el fiel televidente se desespera y hasta maldice. Pero no puede abandonar el show, ya lo engancharon, y se burlan, abusan de él. Quieren que se mame bloques de propagandas de 8 minutos, y él espera por la promesa de que al regreso habrá más programa, pero ¡Oh! sólo se trata de un corto segmento de avances de algunas incidencias en la narración, que él, como televidente fiel, tendrá que ver de nuevo a través de toda la semana siguiente.
Esta atroz forma de concebir el discurso televisivo la extienden a productos audiovisuales que no les son propios, y, en el caso particular de Los Simpsons a través de Caracol, cometen un verdadero sacrilegio al pasar capítulos incompletos y producir el efecto ya mencionado en el televidente de no notar en qué momento termina uno y da inicio el otro; cortan partes, algunas simplemente por ahorrar tiempo para poder compactar tres episodios en una hora sin tocar el sagrado espacio para los comerciales, y otras por censura a escenas ‘’ fuertes ‘’.
Jamás recomendaría a alguien, ni aunque me amenazaran, que viera películas en RCN y en Caracol. Empezando por el hecho de que siempre son dobladas y ese es ya un error. Pero más que un problema esa es una preferencia personal, así que no se fijen. Lo verdaderamente lamentable son los cortes en las escenas, el que fragmenten la película en una parte antes del noticiero y otra después, los insistentes cambios a comerciales y que en sus cabecitas embrutecidas por el dinero – la verdad es que su idiotez es previa a su ambición – no les quepa que los créditos de la película pueden tener algún valor cognitivo o emocional para alguien. Y aunque no, por lo menos servirían para darle un poco más de elegancia a esa señal que se jactan de hacer llegar a muchos lugares del mundo.
Más allá de la pobreza que suelen exhibir las películas seleccionadas para el fin de semana, es ésta desdramatización a través de su emisión lo que las aleja del arte. Pero la cosa va aún más lejos. No conformes con todo lo anterior, han encontrado nuevas formas de ensuciar más la transmisión. ¿anuncios invasivos que hacen referencia a otros programas? Eso es cosa vieja. Hasta Discovery Channel lo hace, de manera bastante aceptable. Pero la incómoda presencia de Banners a todo color promocionando juegos y concursos para la plataforma celular, disputándose el protagonismo en pantalla con los actores de la película, es ya triste entre lo triste…